Poesía a la carta

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viernes, 25 de enero de 2013

El mar


Te observo lejano y adoro tu calma
ciego de gracia cuando el sol se refleja
navegar por tu cuerpo en corazón y alma
y surcar tus ondas que un cuerpo semeja

Con tal alarde,  belleza y armonía
las olas de sangre que fluyen vivas
y que mueren acariciando la arena
quedando mil miradas en ti cautivas

tu azul intenso con el cielo pelea
para quedarse el trono de lo hermoso
agitando con su viento tú marea
que se convierte en algo poderoso

tormenta que en ti crea desazón
creando muros gigantes con firmeza
golpeando con poder y pasión
demostrando así tu grandeza

Una copa de vino














Quiero beberte en una copa de vino
Para percibir en mis labios tu sabor
oler tu dulzura antes de saborearte
quererte, amarte y reforzar mi amor
emborrachar mi alma antes de tocarte
tu envase asido a mi mano y rellenar mi copa
no puedo, no, permitir mas equivocarme
y que se resbale el cristal y en el suelo se rompa

sacar de la copa palabras sin sentido
los hechos de dolor que queden en la botella
como posos de daño con desprecio y castigo
solo para dejar el cáliz y beberme tú vino
que persista el ansia de matar mi sed contigo
sorber de ti el rico licor con la luz de esa estrella
que en mi corazón más tiempo que poco brilla
aunque la embriaguez de veneno me ciegue
el rojo licor de tu amor aún ilumina mi mejilla

quiero beberte como un vino rosado
aroma de flor que por tus venas navega
probar lo prohibido aunque sea pecado
y llenar de licor joven o añejo mi bodega

siento que creas que ya no te quiero
embriagado de ti estaría eternamente
ya que de tu sabor, no quiero ser abstemio
quiero en mi copa, tu vino de amor presente

lamento que a veces la copa se rompa en el suelo
la recojo con lamento y culpa incluso de lágrimas
por beber de ti otro trago, volaría hasta el cielo.
Porque quiero  siempre estar borracho con tragos de tu vino.