Brillo en la noche con luces
redondas
luceros ardientes que al
mirarte veo
no te avergüences y no te
escondas
por que tus ojos son
preciosos, ya lo creo
ojos que a veces tiernos me
llaman
con mirada que a mi corazón
altera
los míos los miran y al cielo
claman
para poseerlos de cualquier
manera
ojos verdes o azules o
marrones
estrellas que iluminan mis
noches
tan redondos como unos
botones
guárdalos bien y no los
derroches.
Ojos de cristal tiernos y
frágiles
capricho de vida tan
hermosos son
centellas que a la luna
viajan ágiles
Y cuya mirada calientan cual
fogón.
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